Y fue a esa edad...llegó la poesía a buscarme.





En la Pan y Rosas...
Mirta llegó una mañana de otoño de 2008, mientras nos enseñaba a dar nuestros primeros pasos en la Biblioteca.
Cargada de benteveos, violetas, pétalos, hojas secas y poesía, nos regaló los primeros susurros.
"Y yo mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas, mi corazón se desató en el viento" Pablo Neruda.

Mirta Colángelo (voxvioleta@speedy.com.ar) es educadora por el arte. Nació en Buenos Aires. Se especializó en Literatura infantil y juvenil. Es narradora oral y coordinadora de talleres de lectura y escritura creativa. Jefa de redacción de la Revista VOX recibió, entre otros, el premio Pregonero a Especialista –año 2000, Fundación El Libro. Es coautora de “Los nuevos caminos de la expresión” (Colihue 1990), “Artepalabra” Edit. Lugar 2007 y numerosos artículos de su especialidad.

Cuenta Mirta en Apartado EdeLij:-En agosto del año 2007 mi entrañable amigo, el artista Juan Lima, me contó acerca de un grupo francés; Les souffleurs, que desde el año 2001, pensando en desacelerar la locura del mundo, salieron a susurrar poesía en ámbitos académicos de París. El grupo, que popularizó este gesto llegando a susurrar entre cientos de personas por todo el mundo, está conformado por poetas, artistas plásticos, músicos. Ellos se visten de negro y esgrimiendo largos tubos de cartón o de fibra, a veces con sombreros o paraguas también negros, susurran pequeños textos poéticos al oído a través de esos tubos.La idea me pareció fascinante así es que a partir de fines de ese invierno empecé yo también a susurrar. Dado que coordino talleres de poesía en Bahía Blanca, ciudad donde vivo, y en todo el país, decidí acercar la idea a otras personas. Fundamentalmente a docentes de todos los niveles, a bibliotecarios y animadores de lectura. En muchos de los viajes llevé susurradores de regalo.La primera vez que susurré fue en la apertura de una muestra en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca. Pinté de negro un tubo de cartón de 1,60m aproximadamente y yo también, vestida de negro, le susurré a unas sesenta personas.Cuando salí a la calle estaba muy conmovida. Los perfiles de los rostros de la gente a la que había susurrado me confirmaban el poder formidable de la poesía. Denotaban emoción, se distendían, se encendían.Durante la semana siguiente recibí doce correos agradeciéndome el gesto.Y esto mismo le sucede, porque recibo numerosos comentarios y crónicas al respecto, a quienes están susurrando por el país.
Más sobre la entrevista en: http://apartadodelij.blogspot.com/2010/01/entrevista-mirta-colangelo.html

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Nuestra Maga. Mirta Colangelo